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Me tocó leer de todo. Pero lo que más me llama la atención son los que creen que a esta selección le tomaron la mano. La misma que sorprendía al mundo con la forma en la que desarrollaba su idea frente a Argentina, ganándole la final de la Copa América.
Es prácticamente imposible en el fútbol mantenerse en el éxito eternamente. Ni siquiera los mejores equipos del mundo lo han hecho y a Chile le costará. Y decir que tenemos las Clasificatorias más difíciles del mundo, no es un cliché.
La Roja jugaba bien hasta el primer gol de Uruguay. Los charrúas supieron pegar en los momentos justos. Fueron golpes que desmoronaron el ánimo del equipo. Se vio a la selección desconcentrada. Los goles llegaron por descoordinaciones y errores propios.
Si en algo Sampaoli corrigió al futbolista chileno fue en estar metido en el partido los 90 minutos. En Montevideo, Chile no tuvo eso. Y ya le pasó una vez con Uruguay en el estadio Monumental. Desde que cayó en las peleas, el equipo se desconcentró.
La Roja se debe dedicar netamente a hacerse dueño de la pelota y el partido.
El equipo no se vio en esta doble fecha eliminatoria como nos tenía acostumbrados. Varios rendimientos individuales hacen difícil sostener la idea colectiva. Los jugadores no mostraron su mejor versión y eso resintió el funcionamiento.
Pero queda mucho. Yo no tengo duda de que este equipo va al Mundial. Chile de Sampaoli sólo ha perdido CUATRO partidos oficiales. No somos un desastre, no somos un equipo al que le tomaron el pulso, no somos un equipo que toca por tocar. Somos uno de los mejores equipos del continente que tuvo 270 minutos flojos. Saco el primer tiempo frente a Colombia donde Chile fue muy superior.
La Roja cerró el 2015 quizás no como queríamos, pero con la certeza de que este año fue quizás el mejor de su historias. Por el títulos, los resultados, pero también por la importancia de la forma.
FOTOGRAFÍA: CARLOS PARRA / ANFP.CL