La gira que realizó la Selección Sub 17 en Argentina fue la gran oportunidad que esperaban hace tiempo cuatro jugadores juveniles que militan en clubes argentinos. Se trata de Tomás Espinoza (volante mixto Rosario Central), Matías Toledo (volante mixto de Lanús), Jairo Vásquez (delantero de Estudiantes de la Plata) y Diego González (volante central de River Plate).

Por todos es sabido que las divisiones juveniles del fútbol trasandino es una fecunda e inextinguible cuna de futbolistas que debido a sus torneos muy competitivos –razón por la que se eligieron Argentinos Juniors y San Lorenzo- se han transformado en un brote inagotable de países europeos que los mantienen en la mira.

La idea es no dejar nada al azar y comenzar a cerrar el equipo de 30  jugadores que deberán competir por un cupo y adueñarse de los 23 asignaciones que entrega Conmebol para jugar la clasificatoria al mundial que se jugará en India el mismo año (2017).

Así lo  manifestó el técnico de la serie, Hernán Caputto: “La gira fue muy positiva y lo que más destaco es la forma que se jugó. Jugamos cuatro partidos y no perdimos ninguno. Eran rivales difíciles y de parámetros exigentes, así que estamos conformes; obviamente con cosas por trabajar –como siempre- pero el compromiso fuera y dentro del campo fue total y eso es innegable”, analizó Hernán Caputto una vez terminada la gira internacional.

Cada uno de los muchachos que desea  cumplir un sueño propio y también familiar, juntos tuvieron la gran oportunidad –en entrenamientos y partidos- de ser observados para definir en el futuro si procede según el informe técnico, la continuidad en el equipo de la Roja Sub 17.

“Los cuatro me causaron una grata impresión, sólo a Tomás ya había estado entrenando con nosotros en Chile, pero todos mostraron gran interés por jugar por la selección, más el buen rendimiento en sus clubes y conocerlos acá, hacen que continuemos observándolos. Conversamos con los jefes técnicos de cada club y sus padres. Fue bueno verlos ´in situ´ en partidos internacionales y en convivencia con los demás jugadores”, aclaró  Caputto en relación a los jugadores con sangre chilena invitados a la Sub 17 durante los ocho días que duró la gira en Buenos Aires.

Fueron cuatro jugadores de sangre chilena los invitados a participar de los encuentros Caputto internacionales amistosos;  todos se destacan en la cantera de los clubes de divisiones juveniles (sexta división) que pretenden dar el gran salto en los próximos meses. A seguirlos de cerca.

Tomás Espinoza: “Con esta gira me di cuenta que podríamos lograr grandes cosas y que podemos jugar de igual a igual a quien sea y dónde sea”

Tommy, le dicen en la selección Sub 17, el volante mixto de Rosario Central que es chileno y se vino a vivir a  Argentina.

Señala que se vino desde muy pequeño a vivir a Argentina: “Vivo solo con mi mamá acá, ella se vino a Buenos Aires porque mi papá falleció cuando yo tenía 10 años”, inicia la conversación con alguno de los muchachos de la Sub 17 y declara que está muy feliz por esta oportunidad que se le está dando.

“Cuando me llamaron a la selección la primera vez me sentí muy agradecido y feliz por lo que estaba pasando, a cualquier jugador de fútbol le gustaría representar a su país y a mi edad nunca pensé que podría pasar”, además cree que esta gira le ha cambiado la perspectiva y sólo tiene palabras de agradecimiento para sus compañeros y cuerpo técnico por cómo lo recibieron.

“Me llamó mucho la atención la unión y compañerismo que tuvo el grupo en estos días, también me di cuenta que podríamos lograr grandes cosas y que podemos jugarle de igual a igual a quien sea y dónde sea, hoy tengo más ganas que nunca de entrenar más y mejor en Rosario y esperar –si Dios quiere- volver a ponerme la camiseta de Chile”, sostuvo Tomás Espinoza después de finalizar el último partido en Buenos Aires ante la Sub 17 de México que empataron 2-2, pero que ganaron en lanzamientos penales.

Matías Toledo: “Cuando me dijeron que vendría a la Selección, se me llenaron los ojos de lágrimas”

Si bien se mostró algo tímido el día de su presentación al grupo, tarea nada fácil para un joven que  llega al seno de  un equipo de jugadores que no conoce que los cuales  6 exhiben un sudamericano Sub 15, más  una corona de  campeones de Qattar y un segundo puesto en Osaka,  Japón.

“Me incorporé bien y me recibieron de la mejor manera; se ven que son muy buenos compañeros, creía que sería otra cosa y pensé que ´querían ser más´, pero no, son buena gente. En el partido que me tocó entrar faltaban 10 minutos para que terminara el partido, me adapté rápido al ritmo del partido y eso me hizo sentirme seguro. Si bien no había entrenado con ellos antes me sentí bien, yo ya venía entrenando en mi club –Lanús- y me preparé para este partido”, dijo Matías después de jugar sus primeros minutos ante su ex equipo, Argentinos Juniors.

“Acá en Argentina llevo 4 años, tres de los cuales jugué en Argentinos Juniors y ahora  en Lanús”, sostiene. Y aunque no ha tenido la oportunidad de ver fútbol juvenil en Chile todavía, le han dicho que en Argentina se juega más rápido.

“Me fue a buscar el técnico de la séptima división del club, Gabriel Medina, y me dijo que querían hablar conmigo en la cancha. Me asusté porque habitualmente no te llaman así, pensé que me retarían o algo así, ahí me dijeron que tenía que venir a jugar por la Selección.

Cuando me dijeron, se me llenaron los ojos de lágrimas, estaba muy feliz. Mi mamá es chilena, mi abuela, mis primos también. Lo primero que hice fue llamar a mi papá y él se fue comunicando con los demás.

“Yo nací en Argentina, mi papá es argentino, él estaba muy contento, me dijo que nunca había tenido una emoción así”, confesó Mati, como le dicen sus nuevos compañeros.

Diego Armando González: “Todavía no puedo creer que estoy acá”

 “Siento mucho aprecio por Chile  me encanta como te tratan, así que me sentí muy a gusto desde el principio con el grupo. Me llama la atención lo humildes que son”, fue su primera sensación cuando se puso la indumentaria de la Roja y lo presentaron al grupo.

“Hace tiempo había escuchado un rumor de que me podían estar observando desde Chile, ahora que venían a Argentina me llamaron para verme jugar. Mi madre es chilena y mi padre argentino, los dos me apoyan totalmente, creo que estas oportunidades no se pueden desaprovechar”, aclaró el joven nacido en Mendoza.

El primero en hablarlo fue Tomás Espinoza (jugador de Rosario Central), luego se acercó Oliver Rojas. “Oliver es el capitán y es el que más me agrupó, pero todos me saludaron y me hicieron parte rápidamente. Conocía sólo a Mati (Matías Toledo) porque jugamos juntos en Mendoza, conozco a su familia”, reconoció González.

Confiesa que le fascina viajar a Chile. “Voy regularmente de vacaciones a Viña del Mar y Quilpué, pero lejos lo que más me gusta es pasar fin de año en la playa.”, dice que se vuelve loco con la palta, especialmente en el completo, también le gustan los anticuchos, en cuanto a comida chilena; de la   Argentina, la parrilla y las pastas.

Jairo Vásquez: “Habría deseado que mi abuelo me hubiese visto jugar con la camiseta de Chile”

Apenas finalizó el segundo partido con México, se despidió pues debía viajar a Santa Cruz, distante a 2.200 kilómetros al sur de la provincia de Buenos Aires.

“De Chile conozco  Punta Arenas, Palena, Chile Chico y del norte hasta Valdivia”, información que dejó pasmados a más de  la mitad de la Sub 17 que no conocen la zona austral de Chile. Declara que sus mejores recuerdos fueron haber pasado tres cumpleaños seguidos en Chile, celebró los 11, 12 y 13 años en tierras del sur.

“Lo que más recuerdo es la casa de mi abuelo, vivía frente al mar en Punta Arenas, en zona franca, yo me iba en bicicleta. También viven los primos de mi papá, parte de la familia chilena que todavía no conozco”, aclarando  su origen chileno por ambos padres.

Y si bien nunca se imaginó que sería invitado a la Selección juvenil de Chile, no esconde su interés en seguir siendo considerado por el técnico Caputto para poder hacer realidad el sueño de su abuelo fallecido.

“Al primero que llamé fue a mi papá, estaba recontento porque mi abuelo era chileno y hace poco que falleció. Desde pequeño, era  él quien  me iba a ver jugar y me quedé con esas ganas de que me viera con la camiseta de Chile”, reconoció con tristeza el corpulento nueve de Estudiantes de la Plata.