Rosario Balmaceda pertenece a Colo Colo, pero antes de llegar a Macul su vínculo con el fútbol fueron en los pastos de las canchas en Ñuñoa. Su juego, en especial su velocidad, llamaron la atención de los profesores que estaban de turno, quienes no dudaron en aconsejarla que se probara en Universidad de Chile en el año 2010. Luego de ocho años en la escuadra azul, su presente la sitúa en el clásico rival, quienes resaltaron sus condiciones en la zona de ataque.

“Su mayor virtud es su velocidad, tiene buen despliegue físico. Puede jugar en las dos bandas y con balón dominado es una jugadora que marca diferencias. Tiene freno de 100 a 0 y al revés. Engancha muy rápido y tiene gambeta corta”, es la descripción de su técnico en las albas, Carlos Véliz.

Dentro de su labor en ofensiva también llama la atención por su capacidad de asistir. “Es muy generosa, cuando tiene para hacer y da el paso para el lado. Ahora está interpretando el juego desde otro punto de vista”, destaca el estratega colocolino.

Además, Balmaceda es solidaria con el equipo al momento de defender. “Cuando no se tiene el balón se pone el overol y si tiene que defender baja a ayudar, mostrando todo el compromiso con sus compañeras. Es muy valiente y siempre va hacia adelante”, agrega el entrenador.

Véliz explica el gran aporte de la jugadora para la Roja en el Mundial de Francia 2019:“Por su físico y velocidad será un desahogo al equipo. Sabe moverse por las bandas en el cual puede sacar buenos centros”.

La jugadora, en tanto, sabe que está viviendo un sueño, en el que estará compartiendo con las mejores jugadoras del mundo: “Llegando a Santiago voy a tener más conocimiento sobre el nivel internacional. Una de las primeras cosas que haré es transmitir esa emoción a mis compañeras de Colo Colo motivándolas a ser mejores”.



Fotografía: Carlos Vera / Comunicaciones ANFP