El 25 de julio de 1993 el fútbol chileno fue testigo de una fenomenal definición de escorpión por parte de Alejandro Rubén Glaría en el triunfo de Coquimbo Unido por 2-1 ante los “Dragones Celestes” en el estadio Municipal de Cavancha. 

Un compromiso complejo para los piratas que caían por la cuenta mínima con tanto de Víctor Hugo Amatti (13’), pero que igualaron gracias al tanto de Juan Carlos Araya (23’) minutos más tarde en el reducto nortino. Hasta que se concretó la joya del ex delantero argentino, “Huesito” Glaría (26’) quien tras un excelente centro de Jorge “El Potro” Cerino definió con un espectacular escorpión para decretar la victoria del Barbón en el Torneo Nacional de Primera División 1993. 

El ex delantero trasandino de Coquimbo Unido, “El Potro” Cerino recuerda la conquista de su compañero que quedó grabada en la memoria del pueblo pirata. “Realmente fue un golazo. Una jugada donde el hueso (Alejandro Glaría) me quiere meter una pelota en profundidad y la pelota rebota hacia la derecha, donde dos defensores van a marcarme. De reojo veo que el hueso pasa al medio del área, de sobrepique intentó levantar el balón. La intención era que llegara al punto penal para que pudiera agarrarla de frente y tener una tranquilidad para definir”, detalló.

“Bueno, el hueso se pasó. La pirueta que hace y el recurso que saca es increíble, porque la agarra perfecta. Yo pensaba en tirar despacio, tratando de colocarla para que él tuviese la oportunidad y posibilidad de elegir el lugar donde definir. La intención mía, termina creando ese recurso que solamente un crack como él puede hacer y la pelota ingresa en un ángulo. Un gol hermoso que recorrió todo el mundo, dentro de los cinco mejores goles de ese año”, recordó el delantero argentino en este golazo que será siempre parte de la historia del fútbol chileno. 

El histórico atacante pirata mencionó su alegría por ser parte de este hermoso recuerdo coquimbano. “Feliz, porque un amigo haya quedado en la historia con ese gol y haber sido yo artífice de esa jugada. Quizás hubiera sido perfecta esa jugada, si tuviera la habilidad del “Bichi” Borghi, el centro lo tiraba de rabona y el hueso definía de escorpión. Creo que cerrábamos el estadio y nos íbamos todos. Un lindo momento que recuerdo en un equipo que quiero y amo con mi corazón, donde estaré agradecido de por vida con Coquimbo Unido”, concluyó entre risas y nostalgia “El Potro” Cerino.