Cabe como una de las mejores actuaciones en la historia de los combinados nacionales femeninos. Este domingo concluyó el Torneo de Cuatro Naciones de Brasilia y, si bien en el duelo por el título las chilenas cayeron ante las dueñas de casa (5-0 a favor de las brasileñas), es imposible opacar el desempeño de la escuadra adiestrada por Ronnie Radonich, que experimentó un alza enorme y, de paso, avista un esplendoroso porvenir.
En 2011 había sido la última vez que un seleccionado femenino chileno había participado en este certamen (en ese entonces, Torneio Internacional Cidade de São Paulo). En esa oportunidad, la Roja perdió todos los duelos que disputó, recibió 17 goles y apenas marcó dos, en cotejos ante Dinamarca, Italia y Brasil. Hoy, el panorama es diametralmente opuesto, ya que la escuadra chilena derrotó con autoridad a dos elencos de primer orden a nivel mundial: 1-0 a Canadá, séptima selección del mundo, y 4-3 a Escocia, vigésima del planeta.
La preparación de la Roja rindió sus frutos, pues las seleccionadas hace un año que practican todos los lunes, martes y miércoles, asunto que se nutre también con el cada vez más creciente interés que despierta el Torneo Nacional de Fútbol Femenino. En Brasilia, el asunto siguió su curso natural, pues las gestiones de la delegación permitieron cambiar el lugar de entrenamientos al complejo Clube de Saúde, uno de los centros más modernos de la capital brasileña.
ESCENARIO MUNDIAL
Otro aspecto que atesorará como experiencia esta selección fue el haberse codeado con lo más selecto del fútbol femenino. Las rivales ocupaban todas casilleros entre las 20 primeras del ránking que elabora FIFA y las chilenas hicieron frente a la tarea con personalidad y, en caso de canadienses y escocesas, con óptimos resultados. Por otro lado, por vez primera nuestras seleccionadas afrontaron un partido ante 23 mil espectadores (la final de este domingo, jugada bajo una torrencial lluvia) y experimentaron la sensación de jugar en un estadio moderno, que forma parte de la parrilla de escenarios en los que se jugará la Copa del Mundo de Brasil 2014 (el Estadio Mané Garrincha).
Así y todo, la vivencia valiosa de haber formado parte de un torneo de la élite internacional. Chile puede sacar conclusiones y realizar los ajustes que permitan continuar con el crecimiento del fútbol femenino, de cara al próximo gran desafío: los Juegos Odesur de Santiago 2014.
POR ANTONIO LOMA-OSORIO
FOTO: DELEGACIÓN CHILENA/ANFP